Elecciones masivamente fraudulentas en Estados Unidos :
Los medios de (des)información en todo el mundo dicen que Trump no tiene pruebas de que haya existido fraude, pero sus abogados dicen tener muchas pruebas y testigos para presentar ante la justicia :
Votaron muchos muertos.
Hubo muchos votantes que votaron varias veces.
Aparecieron muchos votos por correo a última hora.
Se contaron muchos votos sin la presencia de representantes republicanos.
En muchos condados hubo más votos que votantes inscriptos.
Y sobre todo que en varios estados el recuento se hizo a través de la empresa Dominion (canadiense), que fue "ayudada" por Smartmatic (venezolana) y Scytil e Indra (españolas) que en años anteriores trabajaron en varias elecciones fraudulentas (Venezuela, Bolivia, Argentina, España, etc.)
Como prueba de esto tienen los ordenadores incautados hace poco tiempo por un comando militar norteamericano en Frankfurt (Alemania).
Si todo esto fuese cierto, Trump habría ganado las elecciones con muchos más votos que hace cuatro años.
Los medios de (des)información no hablan de estos detalles y se burlaron de la rueda de prensa donde se informó de todo esto.
Si se demostrasen estas cosas y su relación con otros países sería una catástrofe para muchas (mal-llamadas) democracias.
El régimen se había retirado sin apenas rechistar (se dijo en la época que se había hecho el harakiri) obedeciendo la voluntad del Rey, y que por ello la democracia se nos había otorgado.
No la habíamos implantado, desde luego, porque ni siquiera habría estado en nuestra mano intentarlo sin un nuevo y desparejo derramamiento de sangres híbridas y confusas y de seguro y desastroso final.
Aunque eso sí, de libertades, sin tardanza nos animamos a pedir más y más.
Pero en aquellos años éramos conscientes de que todo pendía de un hilo, de que lo concedido es revocable siempre, de que los suicidados podían pensárselo mejor y decidir resucitar y volver, de que tenían de su lado a la mayor parte de un Ejército aún franquista hasta la médula, y de que éste seguía en posesión de las únicas armas de la nación.
Una de las condiciones para aquel otorgamiento y aquel harakiri tan sorprendente había sido, en una frase; "Nadie pida cuentas a nadie".
