Para los celtas era la Fiesta del Fuego.
El cristianismo aprovechó esta fiesta y la reconvirtió en la Fiesta de San Juan.
Desde el 22 hasta el 24 de Diciembre son las noches más largas del año.
Y desde el día 25 los dias empiezan a crecer.
Por lo que ese día se celebró desde siempre.
La mayor parte de las religiones aprovecharon esta fiesta, transformando su significado en su favor.
Hace 4.000 años Semiramis se convirtió en Reina de Balilonia al fallecer su marido el Rey Nimrod.
Luego, al nacer su hijo Tamuz, se puso de acuerdo con sus sacerdotes para declarar que Tamuz, habia nacido el 25 de diciembre, era hijo de Dios y ella lo había concebido gracias a una paloma (Espíritu Santo) enviada por el Dios Sol.
Y ella seguía siendo Virgen.
Al fallecer, Tamuz resucitó al tercer dia, para luego ascender a los cielos.
En el año 325 Constantino (el César de Roma), estando su imperio en una crisis muy grave, empezó a negociar con los cristianos y les ofreció festejar el nacimiento de Jesús durante las fiestas saturnales que a finales de diciembre se celebraban en Roma y que eran las más importantes del año.
En el año 354 el Papa Liberio, ya establecido en Roma como la autoridad de los cristianos estableció el 25 de diciembre como la fecha de nacimiento de Jesús (a pesar de no ser mencionada esa fecha en la biblia).
Y en el año 389 Teodosio hizo del cristianismo la religión oficial del Imperio romano.
Desde ese momento esa religión se proclamó católica, apostólica y romana.
La humanidad necesita a Dios y las fiestas.
Por lo tanto, el Poder inventa ambas cosas.
No es que Dios creó al hombre.
Sino que el hombre (o el Poder) creó a Dios (y muchísimas más historias).
Hoy la humanidad esta entrando en una gran crisis (el colapso).
Y el Poder puede que este pensando en cambiar las fiestas y las religiones por otras nuevas (con nuevos significados) que le sirvan para seguir dominando todo.
Por lo pronto, mejor que la humanidad (con la excusa de la plandemia) no celebre nada.
Luego, el Poder ya nos dirá que podemos celebrar.
